Por Prof. Enrique Valderrama
El pasado mes de noviembre estudiantes de séptimo y octavo año tuvieron la gran oportunidad de concretar una salida pedagógica hacia Lota para vivir la experiencia de bajar al Chiflón del Diablo y conocer las maravillas del Parque de Lota.
La oportunidad fue propicia para comparar lo leído en las guías de aprendizaje de las diferentes asignaturas con los detalles entregados por los monitores que acompañaron a los estudiantes.
El día inició con un viaje de aproximadamente una hora hasta la mina El Chiflón del Diablo donde fuimos recibidos por los encargados de la mina quienes entregaron toda la implementación y las instrucciones necesarias para poder realizar el descenso a la mina de manera segura.
Cascos, lámparas y baterías cargadas acompañaron el primer descenso hasta cerca de los 100 metros desde donde se envió un aviso a la superficie a través de un viejo teléfono empotrado en las paredes de la mina. Desde
allí el recorrido se tornaba más complicado hasta alcanzar un punto en donde los y las estudiantes vivieron por un momento las extremas condiciones en las que se desenvolvían los mineros de antaño.
Luego de alcanzar uno de los puntos más profundos, comenzó el retorno a la superficie donde nos esperaba un recorrido por el pueblo minero, lugar donde pudimos apreciar las deplorables condiciones que enfrentaban las familias que allí vivían. Falta de sistemas de alcantarillado y el hacinamiento contribuían a una convivencia cada vez más tensa. Historias contadas por nuestro guía, sorprendían a nuestros estudiantes.
Avanzaba la mañana y nos dirigimos al Parque de Lota. En este espacio conocimos cómo nació la idea de crear este gran área verde. Los y las estudiantes pudieron recorrer cada rincón y disfrutar de los hermosos paisajes, cuevas y senderos, así como también de su flora y fauna. La llegada al Faro Punta Lutrín marcada el final del recorrido y el posterior retorno a nuestro establecimiento.
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